Luces y sombras de Rocamora en la última temporada

La actual temporada de la Liga Argentina de Básquetbol está disputando su último tramo con Tomás de Rocamora ya fuera de competencia y planeando por estos días el futuro. Claramente fue la campaña más floja del Rojo en sus 13 años consecutivos en la categoría pero aun así manteniendo en alza las banderas que se plantaron en cuanto a objetivos y que hacen que el sabor no sea tan amargo.

 

A poquito más de un mes de haber disputado su último partido, aquél frente a Unión de Mar del Plata, que terminó con triunfo 84-62 pero que significó el último de la temporada para el equipo que dirigió Agustín Pujol ya que el triple empate con el rival de turno y Gimnasia de La Plata lo condenó al último lugar y a no tener más posibilidades.

 

Dentro de un contexto cada vez más difícil para los clubes desde lo económico, Rocamora se armó para ser un protagonista más de la competencia, aun sabiendo de sus limitaciones, pero con el premisa firme de seguir dándole cabida a los jugadores del club, de la región y siendo vidriera para otros jugadores jóvenes que aspiran a crecer en la divisional.

 

Rocamora, que en la temporada 2017/18 se animó a competir con Guido Dellavedova, Galo Impini y Francisco Pag como sus jugadores U23, continuó profundizando el camino en los años siguientes y así llegaron las realidades que son hoy Matías Caire, Justo Catalín y Tomás Verbauwede. Caire y Catalín estuvieron también este año pero la apuesta siguió y tanto Valentino Occhi como Franco Ferreyra Bonnín sumaron más minutos a los que ya arrastraban de la temporada 2022-23.

 

Por estos puntos pasa, sin lugar a dudas, lo más positivo de la institución uruguayense que se propuso este camino y no claudicó más allá de los resultados. Desde lo deportivo el crecimiento de los jugadores del club ha sido enorme y atrás de ellos viene otra camada que también tuvo sus momentos como Mariano Daglio, Bautista Flores y los más chicos como Tomás Losada, Valentino Biagi y Pascual Santini.

 

Los resultados no acompañaron y de ahí las sombras que aparecieron en este proceso. Ahora llegó el momento de los balances, análisis y reflexiones para planear el futuro inmediato. El ideal del club es seguir metido en las competencias nacionales, intentando ser protagonista y fomentando su idea de la formación de jugadores y el apego por el sentido de pertenencia. El desafío que venga se encarará con estas mismas convicciones y buscando siempre lo mejor para una institución que se ganó su lugar en el básquetbol de Argentina.